Texto
Freddy Medrano
EDITOR
SANTO
DOMINGO, República Dominicana-–Desde muy joven Manuel García Arévalo se
apasionó por la Arqueología y un sentido más amplio por la Historia, pero en
sus primeros años se vio en la obligación de involucrarse en los negocios de su
familia, de manera que ha sido empresario por oficio y arqueólogo por afición.
“Por eso,
a pesar de haber dedicado mucho tiempo y esfuerzo al desarrollo corporativo de
las empresas familiares, en realidad nunca abdiqué a mi pasión por el estudio
del pasado”, dijo el intelectual a la revista cultural Contemporanía, que
dirige el escritor Ignacio Nova.
García Arévalo
señala que “de ahí en adición a los estudios de Administración de Empresas que
realicé en UNAPEC, obtuve una licenciatura en Historia en la Universidad Católica
de Santo Domingo (UCSD).
Refiere que
“desde pequeño iba por montes y cavernas en busca de fragmenticos cerámicos y
otras evidencias de los pobladores de los pobladores aborígenes.
“Incluso
llegué a convivir con las comunidades indígenas en las zonas selváticas del Orinoco,
en Venezuela”, reveló.
“Fue una experiencia
etnográfica muy enriquecedora que me permitió concebir el modo de vida de las sociedades
triviales que aún viven con perfecta armonía con la naturaleza, cuyos ancestros
eran comunes a los extintos aborígenes taínos de origen harauaco, que
quinientos años atrás habitaron nuestras islas antillanas”, narró García Arévalo.
Según el
empresario y arqueólogo, la gestación y el desarrollo de la sociedad taína
inician con la llegada a la isla de los grupos cazadores y recolectores del periodo
arcaico, cuya antigüedad sobrepasa los 5, 000 años.
“A estos
se sumaron las posteriores migraciones agro-alfareras de origen arahuaco,
procedentes de las selvas del Orinoco, y la costa nororiental de Sudamérica,
dando origen a un proceso evolutivo de hibridaciones culturales que culminó con
el desarrollo de los grupos taínos, que al momento del descubrimiento por parte
de los europeos, ocupaban las mayores extensiones territoriales de la isla distribuidos
en cinco grandes cacicazgos”, dijo.
Fundación
García Arévalo
García Arévalo aseguró desde muy joven concibió
crear la Fundación “por mi pasión por el estudio del pasado”.
“Y ha sido
muy gratificante haber podido establecer desde el sector privado una entidad de
carácter cultura y educativo dedicada a rescatar, conservar y revalorizar el patrimonio
prehistórico nacional”, puntualizó García Arévalo.
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